Ayer te entregue un pedazo de mis noches
labradas con milímetros de tinta,
Las inconsistencias de mis ansias de poeta.
Quería alegrar tu día
que tus ojos, recorrieran mis letras de
Mi, condición de no- amigo.
Quería intervenir en tus días,
como rayo que no quiere ser centella.
¿Cómo ser tormenta con las nubes desiertas?,
¿ser lluvia suave que moje tu pena,
En una mañana de verano?.
Buscaba la primavera en tus manos, en la tarde que retraza su muerte,
desesperando el mediodía de mi vida, que no hemos podido escribir mañana
Con la tinta de tu silencio y las agonías universitarias.
La vida nos marca las flechas
Que los moralistas trasnochados,
Se divierten arrojando.
Nosotros seguimos colonizando la ruta
De la prospera razón.
Llegada la gran hora de partir,
Quedara la indiferencia;
que me acerco a los sueños realizados,
que me negó los poemas
que no te di ayer.
LENNOX
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