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ENCUENTRO CONTINUADO

Recordarte siempre,
Plasmar en un papel, algún encuentro de la tarde.
Con todo mi amor, con toda mi tinta
Con toda tu ausencia.

Con sangre de mi corazón, con esa poca tinta.
Hacer un verso para ti,
Se hace costumbre.

Atravesando largas ausencias,
Llenando mi espacio con quimeras;
Solo sueños, añoranzas.

Desesperante espera
Del momento preciso, de aquel,
En que fundiremos nuestras almas
En glorioso reencuentro.

Tan solo imaginarlo, me estremece
transporta mi mente al fin del mundo,
me lleva a pasear por todo el universo.

Vuelvo a tu lado
Y tu, te elevas conmigo, me invitas a nacer, me llevas
A un cielo azul sin nubes, a un verso contiguo
Cielo despejado, nuestro.

Donde solo el sol alumbra
Cielo azul, donde abrevan los sueños encontrados.

Aves que vuelan en libertad, sueños que parten a la realidad
Confundiéndose en la alegría cósmica
De los otros versos libres
De aquellos sueños vividos.
En viajes astrales.





LENNOX

QUE OLVIDADIZO SOY

Se me olvido que no te debía querer,
al verte y escucharte, se me olvido.


Mis oídos se llenaron con tu aliento;
Estremeciendo y fugando mi alma.


Fue inevitable la anarquía de mis pensamientos
recordando tus gestos del primer encuentro,
tus incipientes palabras,
tus discursos de despedidas.


Que olvidado tengo tu olvido;
porque hay una canción que nos pertenece,
un camino que pregunta por tus pasos,
Una espera que paciente espera.


Que olvidadizo soy,
olvide que no te debo de soñar.


La noche me regresa tu amor
cuando iba triste de camino,
A otro sueño despierto, en mis desvelos nocturnos.


Aborde tu prisa
me senté a tu lado, pregunte por tu trabajo
Y del cansancio de tu cara.

El potro de mis días
es un despojo, va hacia abajo.

Que olvido, olvidarme,
que te debo olvidar.

LENNOX

QUE GANAS CON ECHARME DE TU LADO

Que ganas con echarme de tu vida,
Si mi amor no te estorbaba, no te inquietaba,
Era algo menos que una sombra
Disminuido en cada suspiro.

Yo vivía feliz en tus desdenes,
En tus sitios oscuros que nadie visita;
En tus corajes de madrugada, también de tarde
En la charla siempre interrumpida y relegada.

Nunca pedí un espacio,
Ni quise ser ese suspiro, que entraba como huracán,
Nunca pedí ser el brillo nuevo en tus ojos
Ni, el sabor a deseo de tus labios.

Siempre estuve contento en el baúl, como muñeco
De titiritero, esperando mi función, mi salida,
Mi noche de gala.

Siempre estuve feliz,
Con una charla cada ocho meses y luego, una ruptura
De nuevo un encuentro y otro desencuentro.

Siempre me conforme con lo mínimo,
Con una mirada, una carta, la mitad de un poema
Con algún paseo, con tus limosnas de amor,
Con la vivencia de mís versos.

Ahora que me echas de tu vida,
Siento que me mata la nada.
Siento que acaba lo que nunca tuve;
Que se termina lo no comenzado.

Y queda la pregunta
¿Porque me echas de tu vida?
Si nunca te molesté, siempre fui nada?
Nunca estuve, ni existí
¿Porque?


LENNOX

ESPERANDOTE

Te ves bien sentada en la distancia
a lo lejos,
Imaginando un rayo de luz;
el tiempo alborotando tus sueños
tus labios juegan, con una sonrisa.


Yo construyo tu imagen, verso a verso,
estoy cerca de ti, saboreando una distancia,
el tiempo muere en mi aliento.


Hago de cada muerte un poema,
De cada risa una canción;
de cada olvido un recuerdo.


Busco afanosamente la sombra de la luna
para hacer con ella un abrigo para tu vida.


Sé muy bien que mi verso, tu abrigo, fue,
que la tarde añoro, la envidia por ti,
cuando el triste caminar de tus pies
se perdió.


Ya no estas mas en las tardes
Y las noches te las llevaste todas.


Ahora de día te espero
de noche te escribo.


Bebo tu ausencia
te armo en un recuerdo, te armo en un poema
y así paso este trozo de la vida.


LENNOX